Coca para comer

Video, instalación, performance

Sobre una alfombra hecha con hojas de plátano —una planta, como la coca, afectada por el envenenamiento aéreo masivo— y con el viento soplando desde el Kussi, esta pieza mezcla danza, canto, instalación, video documental, historias políticas, poéticas y autobiográficas.

Las hojas de coca no son los cárteles de la droga, ni el capitalismo hiperproductivista. Tampoco son la deforestación ni el glifosato rociado desde aviones sobre el suelo muerto y los ríos contaminados de Colombia. La coca no tiene nada que ver con la guerra contra las drogas.

Para los pueblos indígenas de los Andes y la Amazonia, la hoja de coca es nutritiva, facilita la comunicación intercultural, la concentración en el buen trabajo y la palabra justa. ¿Cómo llegó a utilizarse como materia prima en el modelo extractivista del tráfico de cocaína y de destrucción masiva a golpe de glifosato?

En Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador, los pueblos indígenas que viven y trabajan con la hoja de coca nos instan: «Es hora de que la hoja de coca viaje y hable por sí misma».

A esta invitación respondo con este proyecto, como migrante y miembro de una familia cuya historia está marcada por los cruces con la cocaína y con el sistema económico, político y ético que, desde los años setenta, se sustenta en la producción y el tráfico de esta sustancia.

Música: Mónica López, Syg Valax
Interpretación y composición para kussi (flauta indígena colombiana): Mónica López
Interpretación y composición para música por ordenador y Perséfone: Syg Valax
Edición de vídeo, animación en directo y asistencia general: Camille Olympie
Coca y mambe: Aimema Uai
Concepto, textos, dirección de vídeo y performance: aniara rodado.

Con el apoyo de: Popayork, Edinson Quiñones, Estefanía García, mayor Lorenzo Tunumbalá (Misak), mayor Victoriano Piñacue (Nasa), la minga de prácticas decoloniales y Pact-Zollverein.

Tapete de hojas de banano, videoinstalación de dos canales.

Triangular el sur

Crema para volar- Performance